Vil racha se impone
y anula las sonrisas,
resta la nostalgia
te marchas con las brisas.
–
Invierno cruel se burla de mis botas desechas
Y el gato se acostumbra echado,
rendido,
vencido;
próximo a la puerta cuestiona si regresas.
–
Colado y súbito lamento
concatena las letras de tu nombre.
Exilio su conjunto a un lecho que sostiene
los restos agrietados que apenas ya retienen
tan celada reserva: mis lágrimas de hombre.
–
Vente que expiro
auxiliame que floto
disperso en las cenizas
por mil márgenes rotos.
–
Sin marcar un sitio, acción o postura;
no alcanzo objetivos el estrago perdura.
Soy andenes lisos dados a las suelas,
ausentes a la vista de quien los atropella.
Alterna su deseo si al arrastre del tiempo
nadie los frecuenta.
Concluye en reclamo la idea confusa de quien los compuso.
Y rezan con angustia la vuelta inminente
de autómatas ilusos
No importe el abuso
sufrido retorno
mejor que el desuso.
–
Pruebo en la lectura sumergido en tomos
a fin de desventuras
sediento por apoyo.
En desánimo concluyo mi búsqueda invasiva,
hurtando la obra ajena
lanzándome en un hoyo.
–
Toco fondo
tiro de mis párpados
y en el retorno encuentro
descubro loco e indispuesto
que dios puede ser bárbaro:
Es el vacío angustiante
de tu partir que ha vuelto.
–
Acecha allá una excusa de esas que distraen,
una experta en placeres,
afirma que sus dones al cielo me sustraen.
Más yo la contradigo con versos de quién trae
el alma en un tormento y en vísperas se cae.
¡Más bien hasta las nubes! garantizo obstinado
pues el cielo santo
cruz de mis dolencias
sólo junto a ti
en tus ponientes brazos
siento que lo alcanzo.
–
Lanzándome a la carne
en carne ya introduzco
privado de conciencia
cinco sentidos burdos.
–
Conduzco aberrante
sin andar profundo
es una marcha grata
más yo elijo aguardarte.
–
Nunca subestimes el bravo calor
Que en mis marchitas venas
Con sutiles roces
dejó tu pudor.
–
Mi espejo por viejo en hostil se trasforma
altanero y frío conmigo se muestra.
Invita a unas canas sin mínimos preparos
las recibe
saluda
acoge y exhibe
Cuando ante el reparo.
–
Conspiro colmado frente a las censuras
ofendo a la vida de siniestra mierda
luego me disculpo
le ruego que vuelvas.
–
Parece agotado mi último recurso.
Sin pensarlo tiemblo cuando reconozco:
¡En ese rojo fragmento que media aquí en mi pecho
es donde te guardo, es donde te siento!
Si resultase en fallo ¿dónde te reencuentro?
–
Desgarrante e imposible empresa
resultante en efímero chubasco,
cuando la materia exige
renuente a fiel arreglo
diluvio contundente
que inunde
quiere estragos.
–
Ya es tiempo devuelva lo que me han prestado:
un lapso de siglo
plagado de espera
deseo insaldado.
Como el carpintero que anhele en su obra
hallar regocijo y recostado espera
la madera viva que arda con honra.
Cuando esta lo alcanza
la marchita correa
de la anciana sierra
no mueve poleas.
–
Justo en mi partida
grabado en mi lecho,
dejo mi legado por si un día regresas:
Aún muerto lo asumo,
no hay pago que surta lo que a mí ha advenido,
en ambos persiste la esencia de uno
y no dividida
en íntegra semilla
más allá de estrellas está difundida.